Hace mucho que no escribo en el blog, y hoy quizá me siento algo filosófico. No penséis que lo que espero que leáis a continuación va por ninguno de vosotros en especial porque os aseguro que os vais a equivocar, tampoco penséis que me refiero a mí, son simplemente varios datos puntuales que llevo analizando algún tiempecillo. Me gusta la imagen de los tres monos sabios, aunque cuentan una historia que no tiene que ver en cierta forma nada con lo que voy a hablar permitidme que me apoye en ello.


- ¿Por qué cuando nos hablan o quieren hablar de las cosas que realmente hacen cambiar el transcurso de la vida no lo queremos escuchar?
Quizá sea porque preferimos dejar pasar las cosas no dejar que nos afecte o no dejar que nos influya. Para bien o para mal tomamos decisiones y nos conformamos con otras tomadas por los demás; somos bastante egoístas y no recapacitamos y esto tiene sus consecuencias. A veces cuando nos intentan ayudar no hacemos caso y nos estampamos de morros con la realidad y posiblemente cuando vayamos a buscar a aquella persona que nos avisó, ya no esté o no sea la misma, al menos con nosotros. Pienso que no deberíamos tomarnos al pie de la letra todo lo que nos dicen puesto que lo bonito de esta vida es que todos tenemos puntos de vista distintos, pero sí pienso que deberíamos hacer más caso tanto a amigos como a enemigos y darnos cuenta de que si vemos los faros de todos los demás coches los que vamos en el sentido contrario somos nosotros mismos.
- ¿Por qué si tenemos un problema con alguien no tratamos de hablarlo y solucionarlo?

Por otra parte, también me gustaría hacer una reflexión sobre como hay gente que prefiere no ir de cara. ¿No se dan cuenta que tarde o temprano se les va a ir de las manos, que el resto si lo va a notar? Quizá sea por miedo a la reacción de la otra persona por la que prefiere mantener su opinión en un grupo cerrado de gente o incluso en sí mismo. Pero pienso que eso en el 99% de las veces trae consigo problemas difíciles de subsanar.
- Por último ¿por qué no deseamos ver la realidad?
Por otro lado ¿por qué solemos ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio? Pienso que esto se debe a que volvemos a la comodidad y inconscientemente nos conformamos con como somos sin querer cambiar.
Quizá por no saber entrelazar bien todas las virtudes de las que he hablado nos sintamos a veces como este chimpancé, solos, pero seguro que detrás nuestra siempre habrá alguien que mire por nosotros.

Espero haberos hecho reflexionar.
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