Sí, ya es Navidad, esa época en la que la gente compra sin parar atrapada en una sociedad de consumo de la que es difícil escapar.
Los centros comerciales se ponen las botas incluso aunque estemos en tiempos difíciles, y es que con tanto anuncio bombardeando tu cabeza es complicado no caer en la trampa. Abres el buzón y ahí están, cientos y cientos de revistas y panfletos, que no sabes cómo han podido entrar en el buzón, que te ves morao' para sacarlos todos, con miles de productos para comprar. Lees uno y pone "Los Reyes magos saben donde comprar la colonia de tu madre", otro "La tienda donde compra Papa Noel la corbata de tu padre", y parece que tanto las revistas como los panfletos te dicen "Compra, compra, compraaaaa".
Decides salir a la calle sin saber donde ni que vas a comprar, pero ese es tu mayor error porque en la calle es peor. Pasas por delante de los escaparates llenos de lucecitas que marean, un Papa Noel que baila al ritmo de un villancico, que de tantas veces que se ha repetido parece un remix del mismo y el tío aún así sigue bailando; y un montón de productos, que con tanta cosa ves al osito de peluche del escaparate y parece que se va a poner a golpear el cristal mientas grita "Cómprame, cómprame, cómprameeee".
Al final haces lo de siempre, terminas comprando una colonia para tu madre en la tienda donde compran los Reyes Magos y una corbata para tu padre en la que compra Papa Noel.
***
PD: En esta postdata (lo separo porque con esto no quiero bromear) quiero recordar a los niños que a diferencia de nosotros, no tienen ni si quiera qué llevarse a la boca ninguno de los 365 días del año, no sólo hay que concienciarse en Navidades. Cada 5 segundos muere un niño de hambre en el mundo y esta sociedad de consumo parece que no quiere hacer nada para evitarlo. Espero que no se os atragante la comida.
¡¡Feliz Navidad!!